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  3. Respetando a Bella
 
-¿Y bien?- le pregunté al llegar al garaje de los Cullen. -¿Algo? ¿Que están pensando?- Edward solo se rió.

 

-Alice está contando de a 4, va por el 21,692…21,696…y Rosalie se esta imaginando en todos y cada uno de los trajes que tiene en su armario, su propio desfile de modas. Son buenas; tengo que darles crédito por ello.- Sabia que realmente se esforzaba por averiguar algo, pero nada podía hacer. Me echó una mirada antes de abrirme la puerta.

Salí del Volvo y caminé hacia la casa. Alice bajó la escalera dando gráciles saltos con una enorme sonrisa, mostrando sus brillantes dientes. Rosalie estaba sentada en el sofá leyendo una revista, pero con una alegre mueca en su rostro al escucharnos llegar.

-¡Bella llegaste!- Gritó Alice con su musical voz. Para alguien de su tamaño era bastante espamentosa. -¡Tengo que contarte algo que te en-can-ta-ra!- Ahora estaba saltando, en el lugar a una velocidad vampírica que comenzaba a marearme.

-¿Finalmente vas a decirme que es lo que está sucediendo? Sabemos que estas evitando que Edward vea tus pensamientos así que supongo que será algo monumental. Pero debes saber que Edward se comprometió a protegerme de... ¡las dos!- dije mirando a Rosalie con una ceja levantada. Ella se rió.

-Relájate, Bella. Siempre tiene que anticiparte a todo. ¡Solo confía en nosotras, por esta vez! Por favor. ¿En cuántos líos podremos meterte Alice y yo?- Preguntó batiendo inocentemente sus pestañas- Con razón Emmett se derretía en sus manos.

-Entonces...- murmuré. Jasper y Emmett entraron a la sala, mirándonos confundidos.

-Nosotros también queremos saber qué es lo que sucede. Las dos han estado bastante extrañas los últimos días. Aunque jamás diría que Alice es normal...- Lanzó Emmett.

-¿Nos uniremos a la diversión?- Jasper habrá sentido mi nerviosismo, pues comenzaba a sentirme más relajada, a pesar de que no debería estarlo.

-¡Eso no servirá de nada, Jasper! ¡Solo haz que tu esposa me diga que errores ha planeado esta vez para mí!- espeté. Edward apretó mi mano.

Alice dio un par de vueltas sobre sí misma con aquella gracia de bailarina tan característica de ella -Nos vamos de viaje. ¡Viaje de chicas exclusivamente!- Miró a Edward mientras enfatizaba la palabra 'chicas'. -Vamos a escaparnos para pasar unos días de relax. Cuando volvamos estaremos cada vez más cerca de la fecha, así que tendremos muchas cosas para planear de la boda.- Se volteó hacia los chicos que le miraban ofendidos -Ustedes quédense aquí para cazar o lo que sea que los hombres hagan para pasar el tiempo. Los quiero fuertes y en excelente estado porque tengo una lista enorme de cosas que deben hacer cuando volvamos y no quiero ningún tipo de excusa. ¡Tenemos una boda que planear!- Alice estaba realmente exaltada, mientras que el resto de nosotros nos sentamos en los sofás en silencio.

-¿A dónde me llevaran?

-¿A dónde la llevarán? -Preguntamos Edward y yo al mismo tiempo.

-¿¡Por qué no puedo ir!? No es justo...nunca hacemos nada divertido- Se quejaron Emmett y Jasper.

-No he empacado nada. No puedo ir a ningún lado. ¿Qué dirá Charlie? No puedo desaparecer así como si nada...- Me aferraba a lo que podía, no podía irme con esas dos.

Rosalie silbó fuertemente…y cuando digo fuertemente me refiero a vampíricamente fuerte; tuve que tapar mis oídos. Nos dimos vuelta y dejamos de quejarnos. Rosalie me sonrió.

-Donde vamos es un secreto.- Antes de que Edward pudiera objetar ella alzó su mano a su boca para callarle. -Estará perfectamente a salvo con nosotras, Edward. ¿Quieres que Alice y yo te hagamos una demostración de nuestras habilidades?- Entonces se volteó hacia Emmett y Jasper –No, no pueden venir. ¿Acaso son chicas? No. Por lo tanto a menos que repentinamente les crezcan pechos ¡Olvidenlo!- Finalmente se volteó hacia donde yo me encontraba. -Bella no necesitas nada para el viaje. Alice y yo tampoco hemos empacado nada- Emmett rodó sus ojos -Pero compraremos todo lo que necesitemos cuando lleguemos allí. No queremos arriesgarnos a que el señor vidente meta sus narices donde no debe y arruine nuestra sorpresa. Llevaremos nuestros teléfonos y Alice no ve ningún problema…- Alice rió por lo bajo. -Está bien…déjame reformular lo anterior…no ve ningún peligro.- Una sonrisa siniestra cruzó su rostro. -En cuanto a Charlie - sabe que vienes con nosotras el fin de semana. ¡El ya lo sabía desde hace días, pero Edward estaba tan compenetrado en saberlo de nosotras que ni presto atención a los pensamientos de Charlie!- Estaba tan orgullosa de saber que habían cubierto todos los agujeros que pudieran presentarse. Luego liberó la boca de Edward.

Se giró rápidamente hacia mí. -¿Que quieres que haga? Atarlas a un árbol, dejarlas atrapadas en alguna mina abandonada, enterrarlas vivas…bueno, no exactamente vivas si sabes a lo que me refiero…Emmett y Jasper me ayudaran si se los pido- Sonreían ante la inminente idea de 'diversión'.

Miré a Alice la cual me dio su mejor mirada de cachorrito y Rosalie me dio una deslumbrante sonrisa al mismo tiempo que batía sus pestañas y antes de que pudiera darme cuenta estaba murmurando;

-Está bien...terminemos con esto de una buena vez.- No era capaz de decepcionarlas...obviamente habían puesto mucho empeño en esto...tomaron todas las precauciones posibles para que Edward no les descubriera...no quería ser yo la que arruine sus planes. Y para ser completamente sincera, tenía un poco de curiosidad por saber que planeaban.

Alice salió disparada escaleras arriba para avisarles a Carlisle y a Esme que partíamos. Rosalie fue a buscar un sweater y unos anteojos de sol; a pesar de que estaba anocheciendo. Emmett y Jasper estaban murmurando cosas sobre lo injusto que era todo esto.

Me giré a ver a Edward, el cual parecía triste. Le tomé de la mano y le guié escaleras arriba a su habitación. Se sentó en el sofá y me acercó a su pecho.

-No estoy seguro de esto, Bella. Sabes cuánto odio que estés lejos de mi… ¿Qué tal si sucede algo?- sus ojos estaban llenos de preocupación.

Le sonreí y besé su cuello. -Edward, se tomaron tantas molestias. Esto debe significar mucho para ellas y realmente me siento un poco conmovida por que hicieran esto por mí. Y en cuanto a mi seguridad, estaré perfectamente en sus manos…y lo sabes. ¿Quién se atrevería a meterse con Alice y Rosalie? Son capaces de arrancarles las cabezas…literalmente- no pude evitar sonreírme.

-Pero te extrañaré Bella. ¿Acaso no me echarás de menos?- Sus ojos me traspasaron al decir aquello. Intentaba, con sus poderes de vampiro, hacer que cambie de opinión.

-También te extrañaré, Edward. ¿Qué tal si te doy algo para que me recuerdes mientras no esté?- Era mi turno de deslumbrarle.

Me senté sobre él, pasando una pierna a cada lado de su cuerpo. Mi corazón comenzó a latir furiosamente cuando rocé sus labios con los míos. Edward me besó suavemente al principio, aumentando su entusiasmo con el correr de los segundos. Sentí mi rostro arder y antes de que me diera cuenta estábamos recostados en la cama. El estaba encima de mí, sus manos recorrían los costados de mi cuerpo. Abrí mi boca en busca de aire y él se rió entre dientes. Bajé mis manos en busca de los botones de su camisa cuando la puerta se abrió de golpe.

-Hora de irnos- Gritaron Alice y Rosalie. Se quedaron heladas al ver en la situación en que nos encontrábamos. Obviamente jamás entenderé como Alice se sorprendió, debería estar demasiado concentrada en cuentas matemáticas como para ver que esto sucedería. -Oppss- fue todo lo que oí, seguido de unas risas.

-¿Nos permiten?- Les gritó Edward. -¡Estoy tratando de despedirme de mi prometida antes de que sea raptada por mis hermanas a Dios sabe dónde y con qué intenciones!- gritó furioso pero vi una sonrisita jugar en la comisura de sus labios.

-¡Ya tendrán tiempo de sobra para esas cosas...luego de la boda! Bella tenemos cosas que hacer... ¡vámonos!- dijo Alice golpeando el suelo rápidamente con su pie.

Las miré...luego volví mis ojos hacia Edward, entrelacé mis manos en su nuca y lo atraje hacia mí. No había terminado aun. Respiré profundamente y le di un último y apasionado beso. Desenlacé mis manos y susurré a su oído. -Te amo Edward.

-Yo también te amo, Bella. ¿Realmente tienes que irte? Podrías quedarte aquí conmigo. Estoy seguro de que podríamos encontrar algo para hacer…- Dijo lanzándome una mirada insinuante.

Rosalie hizo una mueca. -Lo siento...me tengo que ir, pero al menos tienes algo para recordarme...- Me di vuelta y le soplé un beso, guiñándole por encima de mi hombro mientras salíamos de la habitación.

-Ustedes dos tiene que tranquilizarse un poco...uno de ustedes acabara prendiéndose fuego en cualquier momento- Rió Rosalie.

Alice y Rosalie ya se habían despedido de Jasper y Emmett. Estaban sentados en el sofá y no se veían tan molestos como antes. Tenían sus cabezas juntas y se murmuraban cosas rápidamente. Edward nos siguió hasta el pie de la escalera, donde les dio un vistazo a sus hermanos y luego sonrió debido a lo que estuvieran pensando.

-Compórtense mientras no estamos. Volveremos el domingo. No se preocupen y sobre todo... ¡No nos sigan! Sabré si lo están haciendo y no les agradará lo que pudiera sucederles. ¿Entendiste…Edward?- le miró Alice. Cuando se lo proponía era bastante aterradora.

-¿Al menos puedo saber dónde van a ir? Volvería locos a Jasper y a Emmett si no lo se...algo…lo que sea.- Le rogó Edward a Alice. Realimente sonaba sinceramente preocupado...y estaba segura de que Alice pensaba igual. Una picara sonrisa se formó en sus labios.

-Te daré una leve idea- Mientras le decía aquello se acercó a Rosalie para evitar que yo les escuchara y luego cerró sus ojos. Edward abrió sus ojos asombrado, lo cual me asustó. Pero entonces clavó sus ojos en los míos, ruborizándome al notar que me miraba lujuriosamente. Su mirada era tan intensa que tuve que cerciorarme de que tenía todos los botones de la blusa abotonados. Y se dio vuelta hacia Alice.

-¡¿A dónde piensan llevarla vestida así?!- demandó.

Antes de darme cuenta, sentía a Alice empujándome dentro del BMW de Rosalie. Rose estaba al volante, lista para hacer un rápido escape. Alice me acomodó en el asiento trasero, Rosalie encendió el motor y rápidamente estábamos yendo a gran velocidad por la carretera. La última cosa que vi fue a Edward parado en el porche, con las manos sobre su cintura, mirando furiosamente a Emmett y Jasper, los cuales reían como locos.

 
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