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  20. El regalo que falta dar
 
Bella POV

Mientras me cambiaba, Edward hizo una rápida llamada telefónica. Sonaba como si hubiese arreglado para que le trajeran el Mustang a la entrada del Luxor, para así poder salir sin 'llamar la atención' en este hermoso día soleado. Juntamos nuestras cosas y salimos del hotel. El Mustang negro estaba aparcado, esperando a que subiéramos a él.

 

-¡Esto es un auto!- exclamé saltando dentro, mientras me acomodaba en los asientos de cuero negro. Mis manos recorrieron suavemente el panel.

El motor rugió cuando Edward giró la llave. -Al menos se que darte como regalo de bodas.- presionó el acelerador y nos dirigimos hacia el Boulevard de Las Vegas. El auto casi no hacia ruido alguno mientras andábamos por las calles -Y como regalo para ti, no me enojare cuando me lo compres.- su risa llenó el auto.

En poco tiempo habíamos llegado al Bellagio. Su rostro se veía preocupado cuando nos aparcamos. -Nos están esperando. Emmett está especialmente emocionado por verte.- me dio un guiño y bajó del auto.

Emmett. ¿Como volvería a verle a la cara? Nunca me lo iba a pasar por alto. Mi rostro ardía a causa del rubor, y comencé a sentirme un poco mareada. La puerta se abrió y Edward extendió su mano para ayudarme a bajar.

-Te tengo.- exclamó cuando salí del auto -Ahora estamos listos.

-Bueno, terminemos con esto de una vez ¿Donde están?- pregunté tomando su mano entre la mía.

Como si fuera obvia la respuesta, murmuró -¿Dónde más? En el buffet.- me quedé perpleja y confundida, todo lo que pude decir fue un incomprensible -¿Qué?

-Vamos Bella, no hagamos a Alice esperar. Creo que tiene algo para ti...

Seguimos los carteles que nos dirigían al buffet. Lo que un grupo de vampiros pudiera hacer en un buffet, era algo lejos de mi entendimiento. Un gran cartel anunciaba la entrada, y como era temprano, no había mucha gente en el lugar. En la mesa del fondo vi a Alice, Jasper y a Rosalie. Jasper y Alice estaban sentados uno enfrente del otro. Con sus manos entrelazadas encima de la mesa. Rosalie estaba sentada a un lado de Alice. Jasper nos saludo, se veía mejor que la noche anterior. Una noche con Alice había echo maravillas.

Pero Emmett no se veía por ningún lado ¿Rosalie lo había matado? O el pequeño pirata había vuelto a la Isla del Tesoro, castigado por su esposa.

Pasamos la sección de postres y antes de llegar a la mesa escuche una explosiva voz detrás de nosotros. -Buenos días Bella. ¿Qué hicieron ayer en la noche?- detrás de nosotros estaba Emmett con un plato cargado de comida. Había apilado tocino, salchichas, huevos, brownies y algunos croissants.

Sin que se le cayera nada, balanceó el plato hasta llegar a la mesa y dejarlo frente a una silla vacía. -¿Qué haces con toda esa comida, Emmett?- le pregunté sentándome frente al plato. Emmett se sentó a un lado de Rosalie y empujó el plato hacia mí.

-Yo, nada. ¡Yuck! Es para ti Bella. No quería que mi hermana humana se muriera del hambre. Seguramente estarás hambrienta después de la pasada noche.- Edward le gruñó.

-Cuidado Emmett.

-¡Hey! No es mi culpa que venga a Las Vegas y Alice y Rosalie la conviertan en stripper. Grítales a ellas. Yo estaba tan asombrado como tú cuando la vi bailar en el escenario…- la voz de Emmett fue silenciándose mientras recordaba. Un pedazo de tocino voló hacia su rostro, gracias a las ágiles manos de Edward.

-Solo estás celoso por que estabas de espaldas al escenario y te perdiste del baile. Esta vez el ser caballero no te dio ningún beneficio, Edward.- Edward miraba a Emmett, pero él ni se daba cuenta. Estaba concentrado en sostener su estomago ante el ataque de risa. -Por que te quiero hermano, voy a recordar el baile cada vez que quieras, así podrás disfrutarlo. Considéralo un regalo de mi parte.

La mandíbula de Edward se desencajó. Apretando sus dientes murmuró. -Gracias Emmett por la oferta. ¿Quieres que también le cuente a Rosalie lo que piensas cuando recuerdas eso? Seguramente querrá oír lo que pensabas cuando Bella se dio vuelta…- Smack. Una salchicha dio contra el costado del rostro de Emmett, esta vez cortesía de Rosalie.

-Dejen de tirarle mi desayuno a Emmett, fue idea mía la de bailar, y tiene que admitirlo, es gracioso que Emmett haya sido el único que me vio bailar. Jasper había cerrado sus ojos y Edward, tú te pusiste de espaldas al escenario, mala suerte. Obviamente, nunca me lo harás olvidar ¿Verdad Emmett?- le levanté mis cejas. Rogando porque luego de haberle defendido de Rosalie y de Edward, fuera un poco más suave con las futuras bromas.

Antes de que pudiera responderme Rosalie le dio un codazo. -No te preocupes Bella. Hablamos de esto en la noche ¿Verdad Emmett? ¿¿Hay algo que quieras decirle a nuestra casi hermana??- enfatizó la última palabra.

Con su cabeza agachada apenadamente, Emmett suspiró y habló como si estuviera recitando algo aprendido de memoria. -Lamento haberte tratado como a un pedazo de carne Bella. Fui rudo e irrespetuoso de mi parte pensar eso de ti, sin mencionar que en 12 días serás mi hermana para toda la eternidad. Prometo…- hubo una larga pausa en la que dudo. Rosalie volvió a darle un codazo -…que no volveré a bromear con eso, nunca mas. Si lo hago, dile a Rosalie y ella me matara, prendera fuego a mi Jeep mientras le miro,...Rose ¿Cual era la tercera? OH si…no más juegos de piratas.- al decir lo último se mordió el labio inferior. Parecía un pequeño al que le acababan de patear a su cachorrito.

Le murmuré un silencioso 'Gracias' a Rosalie, y ella se inclinó y le dio un beso a Emmett. -Buen chico Em.- El silencio de la mesa fue quebrado por las risitas de Alice.

-Es gracioso que mencionen el striptease de Bella…

Mis ojos se fijaron en los de Edward en busca de alguna pista de lo que se venía. El sacudía su cabeza de un lado al otro -¿Nombrando los países de mundial de fútbol de 1950, por orden alfabético ascendiente? Te traes una grande entre manos.- Jaspe nos envió una ola de tranquilidad para evitar que saliera corriendo de la mesa.

Un pequeño paquete, del tamaño de un libro estaba en sus manos. Lo deslizó por la mesa hacia Edward. Él lo tomó y lo dio vueltas entre sus manos. -¿Qué es esto, Alice?

-Un regalo de Bob, el saca borrachos del club de strippers.

¿Qué diablos era lo que Bob le había dado a Edward? ¿Un libro sobre como desnudarse? Extraño, pero no por eso Alice bloquearía sus pensamientos de Edward. Sentí otra enorme descarga de tranquilidad, la explicación debía ser mala.

-¿Y qué es?- Dijo Edward haciendo una expresión de disgusto. Estaba segura de que él estaba pensando en que podía llegar a ser.

-Es la cinta de la cámara de seguridad de adentro del club…- En un abrir y cerrar de ojos la cinta desapareció de sus manos y golpé mi cabeza contra la mesa, humillada.

-No, no, no, no, no, no, no., NOOOOOOOO- gemí. Puse las manos sobre mi cabeza para intentar enmudecer las risas histéricas que sonaban a mí alrededor. Aun con mi cabeza cubierta podía sentir la mesa temblar a causa de la risa de Emmett. Sentí una gentil mano acariciando mi espalda, tratando de reconfortarme, aunque me rehusé a moverme.

-Bella amor, por favor, siéntate.- susurró a mi oído.

-Hoy es noche de películas…hoy y todas las noches. Haré palomitas.- Escuché un 'whap' y supe que Emmett había recibido más comida en su cara. -Hey, eso fue grosero. Ahora tengo huevo revuelto en mi cabello Edward.

Jasper estaba dando su mejor esfuerzo al intentar tranquilizarme. Me senté, pero mantuve mi rostro cubierto por mis manos. Edward tomó mi ruborizado rostro entre sus manos, destape mis ojos para ver cómo me sonreía dulcemente -Prometo que lo destruiré…después de verlo, solo una vez ¿Ok? Tu misma dijiste que fue una lástima que me lo perdiera. Por favor...- Maldito vampiro deslumbrador. Todo lo que podía hacer era ver sus ojos y aspirar su dulce aliento.

-Bien,- me rendí. -Pero si termina en la Internet- me giré hablándole directamente a Emmett -Cuando este convertida, pasaré el resto de mi primer año pateándote el trasero Emmett Cullen.- si él estaba aterrado de Rosalie antes, estaba aun mas luego de ver mi expresión.

Edward me sonrió y chocó los cinco con Rosalie. Repentinamente una sonrisa se formó en mis labios, y miré a Alice. –Alice ¿Cuánto puso Bobo en el video? ¿Tenemos algo de la actuación de Emmett que podamos subir al anuario de Forks?- Alice negó con su cabeza y miró a Emmett. -Lamentablemente, Bella, la actuación de Emmett supero el XXX, así que Bob la destruyó. ¡Por el bien de la humanidad!- Emmett suspiró aliviado.

Nuevamente el silencio fue quebrado cuando Alice se aclaró la garganta.

-¡Ahora que Alice!- escuché a Edward exclamar -¿Que tan malo es este?- mis ojos se abrieron de golpe y me ruboricé inmediatamente ante lo que se venía.

-Este tampoco es de mi parte. Nos lo entregaron esta mañana, es para ti, Bella.- una enorme caja apareció sobre la mesa. ¿Dónde la habían escondido? Era una caja azul, con un enorme moño rojo y blanco sobre la tapa.

Mis piernas temblaban. Mis ojos se fijaron en los de Edward. -Está haciendo cálculos avanzados. Diría que si la abres...bueno…es un riesgo que solo tú puedes escoger tomar.- eso no era lo que quería oír.

-Yo lo abriré por ti Bella- se ofreció Emmett. Sabía que sería diez veces peor si él lo abría, así que salté y tomé la caja. Miré el contenido e inmediatamente supe quien lo había enviado.

Ahora era el momento de morirme, pensé. Si dejo de respirar por el tiempo suficiente, me desmayaré, seguramente golpearé mi cabeza contra la mesa, me llevaran a emergencias, quizás 10 o 12 puntos si me corto. Edward y todos se asustarían al ver la sangre y en medio del pánico la caja seria olvidada y yo saldría airosa de esta situación. Debía funcionar...era mi única esperanza. Contuve mi aliento y cerré los ojos esperando desfallecer.

Está tomando más tiempo del que creía. Escuché a Edward ponerse de pie preocupadamente, había notado que no respiraba. -¿Bella, Bella que es eso?- seguramente ya había mirado la caja y su contenido. -¿Por qué tanto problema? Solo son un par de botas y este…

Lentamente abrí los ojos para verle parado a mi lado con mi favorita sonrisa torcida en su rostro...y un sombrero de vaquero sobre su cabeza.

Rosalie gritó y rompió en risotadas, y Alice comenzó a aplaudir y a reír tontamente. Edward, Emmett y Jasper intercambiaron miradas de confusión tratando de averiguar que broma se estaban perdiendo.

Una risa comenzó a surgir dentro de mí. ¡Toda la escena era absurda! Si Edward supiera que sombrero era el que llevaba orgullosamente sobre su cabeza, se lo quitaría de inmediato. Yo seguía mirando de su rostro al sombrero. Podía ver unas letras negras en el sombrero, pero Edward no las habría visto mientras se lo ponía.

Edward pensaba que nos reíamos de cómo se veía, porque luego comenzó a murmurar; -No sé que es tan gracioso...- comenzó a examinar el sombrero y vio lo que estaba escrito en el. Sus ojos me miraron con furia y comenzó a leer en voz alta.

-Bella bebe, espero que te hayas divertido este fin de semana. La próxima vez que estés en la ciudad, ven a dar otra vuelta. Con amor, Matthew y el resto de los chicos de… ¡¿El trueno de abajo?!- el sombrero voló de sus manos y aterrizó sobre el regazo de Emmett, el cual se lo arrojó a Rosalie como si fuera una batata caliente.

No era divertido, estaba enojado, pero aun así no podía dejar de reír. Podía sentir como Jasper intentaba calmar a Edward, lo cual solo acrecentaba mi risa. Emmett se reía descontroladamente. Alice y Rosalie se levantaron y le dieron un abrazo a Edward.

-Lo siento Edward, sabíamos que te enojarías, pero fue tan divertido. Además, quizás no quieras escuchar esto, ¡se veía fantástica en el escenario!- me mordía el labio para no reír, podía notar que estaba haciendo un gran esfuerzo por tranquilizarse…

Un gruñido salió del pecho de Edward -Los veremos en el lobby.- sabiendo que habían sido echados, se fueron. Edward tomó el sombrero de la mesa y lo puso en mi cabeza -No olvides tu regalo.

Me quité el sombrero y me acerqué a él. Lentamente lo puse sobre su cabeza y me colgué de su cuello. El estaba quieto, mirando a la distancio por sobre mi hombro, en vez de mirarme a mí. Apreté mi cuerpo aun más contra el de suyo, sin importar que aun estuviéramos en medio del buffet.

-Edward, sabes que te amo, solo a ti- puse mis manos a cada lado de su magnífico rostro. Sus ojos estaban tristes, tenía que hacerle reír. -Vamos Edward, al menos míralo de este modo, ambos tenemos disfraces para nuestra luna de miel. Eso hará las cosas un poco más interesantes…- usé la voz más sexy que pude. -¿Me perdonas?- pregunté acariciando sus labios con los míos.

-Bien, pero me quedo con el video.- me levantó del suelo y me besó. Pude sentir la sonrisa que tenía en sus labios y supe que todo estaba perdonado.

-Vamos antes de que algo más ocurra. Después de usted madame.- Como un buen vaquero, se quito el sombrero mientras me alejaba de la mesa, y luego volvió a ponérselo.

-Sabes Eddie, eres el vaquero más sexy que he conocido en todo el fin de semana.

-Sigue riendo Bella.- bromeó mientras entrabamos al lobby.

-Sabía que no podías estar enojado Edward. Bella, espero que te hayas divertido este fin de semana de chicas.- dijo Alice.

-Gracias a las dos por el fin de semana más alocado de mi vida.- las abracé con toda mi fuerza.

-¿Quién vuelve con quien?- pregunté -¿Chicas por un lado y chicos por el otro?

Mientras caminábamos hacia el valet parking, Rosalie me respondió -No…en realidad Bella, Emmett y yo iremos en mi auto y Jasper y Alice irán a devolver el Mustang- Le miró a Edward y él asintió suavemente, esperando que yo no lo notase. Algo se traía entre manos.

-Entonces... ¿Cómo diablos vamos a volver a casa?- las palabras no terminaron de salir de mi boca que escuche un suave rugido detrás mío… ¡NO!

Un nuevo y brillante Mustang azul apareció por la esquina con un moño encima.

-¿Qué hiciste Edward?- suspiré. El valet sacudió su cabeza mientras le entregaba la llave a Edward -Hermoso auto señor.

-Oh, no es mío. Es de ella.- sentí que Edward tomaba mi mano y me daba las llaves. -Dijiste que no te enojarías Bella. Este es mi regalo. Mejor que un estúpido sombrero ¿No crees?

Salté a sus brazos y comencé a besarle -Te amo señor Cullen.

-Y yo te amo a ti señora Cullen.- Dijo con un largo suspiro.

Alice gritó desde el Mustang rentado -Ustedes dos muévanse. No me obliguen a arrastrarlos a Forks. ¡Tenemos una boda que planear!

Emmett sacó su cabeza del asiento de pasajeros del auto de Rosalie -¡Una carrera a casa!

Salté detrás del volante de mi nuevo y brillante auto y escuché a Emmett gritar. -En sus marcas…

Alice y Jasper aceleraron a fondo y se fueron.

-¡OH...tramposos! OK, no importa ¿Estas lista Bella? En sus marcas…listos…- Mire a Edward y le guiñé un ojo, él asintió y le di con fuerza al acelerador. El auto salió volando, dejando atrás el de Rosalie, y escuche a Emmett gritar -¡¡¡TRAMPOSOS!!!

 
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