-¡Gracias por todo Rocco! Cuida a los chicos por nosotras- grité mientras entrábamos.

El club de strippers era tal cual lo había imaginado, oscuro, humeante, oloroso y definitivamente un lugar al cual no volvería a entrar, pero teníamos una misión que cumplir. Alice se topó con un vigilador y se presentó. -Hola soy Alice Cullen ¿Cómo te llamas?

El la miró sospechosamente y le contestó –Bob ¿Que quieres?- El hombre era gigante, al menos mediría dos metros, y no quería pensar en cuanto pesaba. Tenía que inclinarse para poder escuchar a Alice. Le susurró algo al oído y el sacudió su cabeza. -Lo siento señorita, no puedo ayudarle.

Rosalie golpeó su hombro, captando su atención y le mostró un enorme fajo de billetes. -Hazlo fácil. ¿Vas a ayudarnos, o no?- Podía ver por qué a Emmett le aterrorizaba Rose. Era atemorizante cuando se lo proponía. El hombre de la entrada ni miró el fajo de billetes cuando murmuro; -OK, creo que puedo ayudarles, no hay problema.- Rosalie le dio la plata mientras el hombre nos guió por una pequeña puerta que había a un lado del escenario.

El Backstage del club era increíble. Había filas de espejos por todas partes y todo tipo y color de maquillaje. La otra pared del pasillo estaba atestada de diversos trajes, zapatos, sombreros, guantes, boas de plumas y demás accesorios. Era como un show de la calle Broadway. Las mujeres corrían en ropa interior lanzándose diferentes conjuntos hasta encontrar el indicado.

Bob nos guió hacia una mujer de edad avanzada, la cual parecía ser la que dirigía el show. -Betty, ella es Alice Cullen, y sus hermanas. Quiere hablar contigo sobre algo.

Betty se giró hacia nosotras. Nos escaneó con la mirada de arriba abajo, como quien mira un auto antes de considerar comprarlo. Luego asintió con su cabeza -La noche de Amateurs fue ayer, pero creo que pueden intentarlo hoy. No esperamos tener mucho público...

Alice le interrumpió -OH gracias por la oferta Betty, pero no vamos a desnudarnos. En realidad esperábamos que nos ayudaras con algo ¿Tienes un minuto así hablamos?- Alice le lanzó una de sus deslumbrantes sonrisas. Betty le entregó su carpeta a Bob y le dijo que todo el mundo se preparara.

Rosalie comenzó a poner a Betty al tanto de nuestra situación y del fin de semana. Dejó en claro que no estábamos en contra de la industria del desnudismo, que solo estábamos enojadas con los chicos por que se creían más inteligentes que nosotras. Cuando le dio el nombre de nuestra operación, Betty se rió, y estaba junto a nosotras en el plan. Había estado casada un par de veces y entendía nuestra necesidad de enseñarles una lección. Alice le dio un fuerte abrazo y comenzó a aplaudir
-¿Donde debemos empezar?

Betty nos guió hacia la pared donde estaban los espejos donde estaban la mayoría de las chicas, dándose los toques finales en sus peinados y maquillajes. Rápidamente las reunió a todas y les explicó que pretendíamos. -¡Bien dicho chicas! ¡Girl power!- nos gritaron aplaudiendo cuando escucharon nuestro plan.

-Quiero que las ayuden todo lo posible para cumplir con su misión ¿Entendido?- Betty les preguntó a las bailarinas. Todas asintieron y vinieron hacia nosotras para ahogarnos en preguntas.

Como Alice había escogido las camisas de los chicos, fue fácil describírselos. Una de las chicas, Amber, tenía que ir a atender el bar y dijo que cuando les viera entrar nos avisaría.

Mientras esperábamos, Alice y Rosalie volaron a arreglar mi cabello y maquillarme nuevamente. Si todo salía como planeábamos, debía verme lo mejor posible si tenía las agallas para seguir hasta el final del plan. Así que les deje embellecerme.

Estaban terminando de colocarme los ruleros calientes cuando el teléfono sonó. Era Amber, los chicos acababan de entrar al local. Una chica llamada Bambi, vestida con un traje de policía, estaba lista para salir al escenario. Espió a través del cortinado y se volvió hacia nosotras. -¿Quieren que haga algo?- preguntó sonriente.

-Seguro.- Rosalie lo pensó por unos instantes -Empecemos con su noche. Bambi ¿Te molestaría ir hacia Edward y mostrarle tu...placa?- dejé escapar una carcajada. Podía imaginar su cara.

-¡No hay problema!- Se giró para salir al escenario. Ni bien el DJ anunció su nombre, comencé a sentirme aterrorizada. Alice sonrió. -¡Pobre Jasper! Es tan sensible...

Pobre Jasper, pobre Bambi. Bob estaba exigiéndole que saliera al escenario y ella estaba petrificada en su lugar, aterrorizada ante la idea de subir al escenario. Su música comenzó a sonar pero ella no se había movido. Miré a Alice -Cinco, cuatro, tres, dos…uno- la sensación de miedo se apaciguó y Bob lanzó a Bambi al escenario.

No fue una magnifica entrada, pero estaba fuera. No me animé a moverme de la silla donde Alice me estaba maquillando, pero Rosalie corrió a espiar. En poco tiempo estaba de vuelta, sonriendo -¡OH dios! Jasper lleva puestas unas gafas de sol, y tiene los ojos cerrados. Edward está sentado cerca, con su hombro pegado al escenario. Y Emmett está impresionado con la fuerza de los brazos de Bambi, mientras ella está colgada cabeza abajo del caño que hay en medio del escenario. ¡Es un cabeza hueca!

Por suerte, Alice aun no había llegado a ponerme la máscara de pestañas porque reí tan fuerte que las lágrimas caían de mis ojos. Bambi terminó su rutina y se me acercó gritando. -¡Bella es guapísimo! Tienes suerte. Le hice luz con el reflejo de mi placa y rápidamente se dio vuelta. OH, Alice, no me dijiste que tu marido era ciego...- Dijo con un tono de pena en su voz.

Fue luego de eso que tuvimos que cubrir nuestras bocas con las manos, de lo contrario escucharían nuestras risas desde el bar. Pobre del ciego de Jasper. Era imposible no quererlo. Bambi tuvo que irse a atender las mesas, pero nos prometió mantener un ojo sobre los chicos y tenernos al tanto de los detalles.

Alice volvió a seguir con mi maquillaje y Rosalie comenzó a revolver entre los percheros algo para que vistamos. Encontró un sexy corsé rojo de cuero con portaligas y unas botas de cuero roja que llegarían por encima de la rodilla. Una bincha con cuernos de diablo complementaba el traje. Si alguien podía ponérselo, esa era Rosalie. Emmett explotaría. Para Alice encontró un par de alas blancas de ángel y una aureola dorada, que vestiría con un mini short blanco y un corpiño que escogió.

Rosalie y Alice no tendrían problema en caminar, correr y hasta hacer surf con esos trajes, estaban seguras de poder con ello y de su coordinación. Yo, por otra parte, una completa torpe no veía forma de caminar con eso y no tropezarme, caerme o verme ridícula, o morirme de la vergüenza.

Rosalie pasó su brazo sobre mi hombro y escucho como mi respiración se volvía más agitada. -Bella... ¿No te hemos enseñado nada este fin de semana? Siempre cuidaremos de ti. Habrá una pelea en el bar, en 20 minutos, antes de que subas al escenario. La única audiencia serán las chicas que estarán dándote ánimos. Y en cuanto a los chicos, Jasper tendrá sus ojos cerrados y Emmett, bueno lo pondremos de esta forma, será algo que va a recordar por toda la eternidad, y yo también.- me dio una cálida sonrisa.

Me apretó la mano y me mostró mi traje. Ni bien lo vi supe que era el que Alice le había mostrado a Edward antes de que nos fuéramos de Forks. Era un traje azul de marinera, demasiado sexy…la falda era demasiada corta, casi del tamaño de una bufanda. La parte superior era un pequeño top, con botones al frente con un cuello blanco y mangas tenían rayas blancas a lo largo del brazo. Un hermoso sombrerito de marinera era el toque final des disfraz. Rose tenía en sus manos unas zapatillas de baile, para que no me rompiese el cuello.

-¿Tomaste clases de baile cuando eras niña, verdad? Solo haz lo que recuerdes de las clases- Me dijo Alice con un brillo en sus ojos -No bailaras mucho tiempo ¡No lo soportara!

Respiré profundamente intentando tranquilizarme. Tenía que hacer esto. Quizás sería incomodo ahora, pero en el momento sería divertido. Traté de imaginarme la expresión de Edward y sabía que todo iría bien, él no me dejaría caer o lastimarme.

Habiendo encontrado la confianza en mí misma, corrí a cambiarme. Alice se fue hacia la oficina de Betty a ver cómo iba el tema de la pelea del bar. Rosalie fue a escoger que canción bailaríamos. El resto de las chicas pasaban por mi lado, yendo y viniendo del escenario. Tres chicas llevaban lo que parecían ser unas mayas negras de ciclistas, e iban hablando animadamente -¿Puedes creer lo que ese enorme hombre nos pago por el baile? Realmente quiere que su amigo pase un buen rato, le vi ¡y es guapísimo! Esto será facilísimo. ¡Creo que es lo máximo que nos han pagado por un baile personal! ¡OH dios nos toca!- Sus voces desaparecieron mientras se alejaban. -Me pregunto si el tercer chico que les acompaña es ciego de verdad...es tan triste.

Jasper, era el ciego. El enorme hombre era Emmett. ¡Le había pagado un baile a Edward! ¡Lo iba a matar! Le afeitaría la cabeza y tendría que utilizar estúpidos peluquines por el resto de la eternidad. A medio vestir salí en busca de las tres chicas, pero era demasiado tarde. Ya habían subido al escenario y la música Chicas, chicas, chicas' comenzaba a sonar por los parlantes.

Repentinamente Alice salió de la oficina de Betty con la misma cara de espanto que la mía. ¿Había escuchado que le bailarían a Edward? Corrimos hacia la pared donde los televisores mostraban las cámaras de seguridad y podíamos ver todo el escenario. Los chicos estaban sentados en la mesa. Tres strippers bailaban en el escenario sin quitarles la vista a los chicos. Entonces fue cuando me di cuenta que Edward llevaba puestas las gafas de sol de Jasper. Sabía lo que iba a suceder y busco protegerse de ello…ese es mi Edward. Me tranquilicé, pero Alice estaba más agitada.

-Maldito Emmett. ¡Contratarle a esas pirañas!- Me miró -Todo lo que Emmett les dijo fue que le bailaran al chico que no tenía puestas gafas de sol. No supo que mientras él se fue Jasper le había dado sus gafas a Edward. ¡Ahora van a bailar sobre Jasper!

Rosalie se nos había unido para observar el plan de Emmett. Pobre Jasper, sufriría un daño colateral.

Las chicas bailaban y daban vueltas alrededor del caño. Se acercaron a los chicos con pasos suaves y gráciles, sin quitarles la vista de encima a Jasper. Podía ver que estaba tan asustado que había dejado de respirar. La rubia bajó del escenario y aterrizó detrás de Edward. Se quedó inmóvil. La rubia se acercó y en un rápido movimiento la silla de Jasper estaba lejos de la mesa. Las otras dos chicas se acercaron por diferente dirección detrás de él. La mano de Edward voló hacia su boca abierta. Emmett estaba completamente confundido al ver lo que sucedía. Edward debía haber leído sus pensamientos ya que le miro y se toco sus anteojos. Emmett se golpeó la frente. Estaba decepcionado de que su plan hubiera fallado, pero se cruzó de brazos y se acomodó para disfrutar de como el pobre de Jasper era torturado. Era solo cuestión de tiempo...

Pobre Alice, miraba horrorizada como Jasper intentaba controlarse. Las chicas jugaban con su cabellera, mientras una de ellas quería tomarle la mano. La pelirroja pasó su pierna sobre el regazo de Jasper y se sentó sobre él. En ese instante Alice salió disparada, tomo una banda elástica y saco su cabeza por la puerta. Los chicos estaban distraídos, poniendo su atención sobre Jasper.

En el otro extremo del bar, una camarera estaba reclinada sirviendo unos tragos. Alice apunto la bandita elástica y con su fuerza vampírica la lanzó cruzando el bar, y dándole directamente en la cola a la pobre camarera, la cual pensó que fue el hombre de camisa verde que tenia detrás de ella. Se dio vuelta furiosamente y le volcó encima uno de los tragos. Bob, el guardaespaldas corrió hacia él y le metió un golpe, mientras le arrastraba fuera del local. Entonces fue cuando se desató el infierno. Las piñas volaban en todas las direcciones todos los de aquel lado del escenario fueron echados fuera del establecimiento.

Las chicas inmediatamente dejaron de bailar para ver qué era lo que sucedía. Aparentemente el hombre que habían sacado era amigo de una de ellas por que salieron corriendo detrás de Bob. Emmett reía con tanta fuerza que termino cayéndose de la silla. Edward se volteó para ver que las cosas no fueran a mayores, y mientras no veía, Jasper salía corriendo hacia una de las habitaciones del fondo del local.

Alice sonrió -Estará bien.- y desapareció a velocidad vampírica. Las chicas estaban exaltadas hablando sobre la pelea, y sabia que se acercaba el momento de la verdad. Rosalie me mostró el disco que había elegido. -Esto será perfecto. ¿Qué elegiste para ti y para Alice?- cuando me mostró el CD le aplaudí e hice una especie de reverencia -Rosalie Hale, tus poderes no tienen límites…

Alice volvió -Jasper está bien y tendrá sus ojos cerrados todo el tiempo Bella, ¡así que no tienes que preocuparte por el!- había ido a asegurarse de que se encontrara bien. Edward había notado que Jasper había desaparecido y salió en busca de él. Alice le contó a Jasper todo el plan, después de todo lo que había pasado en los últimos dos días, decidió desertar las líneas enemigas e unírsenos. Como previó Alice estaba acurrucado en un cuarto oscuro, y Edward fue en busca de él para traerle d vuelta a la mesa.

-Le pedí que le entretuviera por cinco minutos. ¿Estás bien? ¿Estas lista Bella?- Tomó un cepillo y le dio a mi cabello un toque final. Rosalie ajustó mi traje y desabotonó el primer botón del top. Se alejó de mí y me observó –Perfecta.- Rosalie se metió en su traje y Alice se puso sus alas de ángel. Estábamos listas para salir.

Esperamos a que Edward y Jasper volviera a la mesa. Cuando estuvieron acomodados en sus lugares Betty dio play y los parlantes anunciaron el último show de la noche. Emmett y Edward discutían, sobre lo que supuse era a causa de irse. Jasper estaba sentado con las gafas de sol puestas y los ojos fuertemente cerrados, pero con una pequeña sonrisa en sus labios. Bambi se acercó y les dijo algo. Edward se acomodó en la silla, solo que ahora estaba de espaldas al escenario. Emmett le dio un golpe a Jasper en la espalda y le dijo algo.

Rosalie puso el CD y yo me pare detrás de la cortina, de espaldas a la audiencia. Alice corrió hacia mí, acomodando mi pelo sobre mi rostro para cubrirlo un poco. Y luego me roció con algo que olía fatal. Era el perfume más barato que jamás había olido. -¿Por qué hiciste eso?- pregunté tosiendo.

-¡Para que Edward no pueda olerte boba!- Y así la música comenzó a sonar y el telón se levantó.